Desde el 30 de Mayo y hasta el 2 de Junio se podrán ver en Santander los más espectaculares superdeportivos.
Rutas por Cantabria y provincias limítrofes, cenas (incluyendo casino y en barco) y recepciones varias, visitas turísticas y, sobre todo, ambiente de motor en la VI edición (¡ya!) de este evento.
Si tienes la suerte de poseer una de estas máquinas, esta es una excusa perfecta para salir a disfrutar de ella. Si todavía no ha llegado ese momento, es la ocasión que esperabas para admirar juntas auténticas exquisiteces automovilísticas.
En la web podrás ver toda la información y vídeos y fotos de las anteriores ediciones.
Pikes Peak es una de las competiciones del motor más legendarias a nivel mundial.
Festival yanqui: se disputa en los días cercanos a la celebración de su Independencia (4 julio) en el estado de Colorado y consiste en una histérica y casi suicida ascensión de 20 km, 156 curvas y casi 1500 m. de desnivel (un 7%) por los más variados vehículos, con especial mención a prototipos de casi 1000 CV preparados para lo ocasión por marcas como Suzuki, Peugeot, Hyundai, etc...
Originalmente el firme era gravilla (indispensable el increíble video del ascenso de Vatanen y el Peugeot 405 en 1988 con un puñado de centímetros entre sus ruedas y el vacío en varias ocasiones -lo puedes ver un poco más abajo-) para poco a poco ir asfaltando tramos (en la categoría de motos, las Ducati Multistrada 1200 arrasaron durante los últimos años en recorrido mixto, hasta el punto de comercializar una versión con diseño específico negro-blanco-rojo llamada "Pikes Peak") en este siglo por la presión de grupos ecologistas.
Finalmente, desde el 2012 todo el recorrido era sobre duro y reluciente asfalto, lo que permitió al Hyundai de Rhys Millen batir el record de la prueba, tras el monopolio de 6 años de Nabuhiro Tajima que en esta ocasión participó con un vehículo eléctrico.
La "Carrera hacia las nubes", como se la conoce popularmente, es la segunda más antigua de los EE.UU. (nace en 1916) tras las 500 millas de Indianápolis y en los años 80 extiende definitivamente su fama a este lado del charco al incorporarse regularmente como participantes pilotos europeos con los Grupo B de rallyes tras ser prohibidos para el campeonato mundial de esa disciplina por el fallecimiento de Henri Toivonen.
Este 2013 tiene un gran aliciente: la vuelta, 25 años después, de Peugeot con un 208 T16 Pikes Peak con Sebastian Loeb al volante para enfrentarse a los grandes dominadores de la prueba.
Añádase la curiosidad por ver el resultado del reto eléctrico de "monster" Tajima, a Dayraut con un Mini (coche ganador del Dakar 2013), Lovefab con un...¡NSX! y Rhys Millen que defenderá el título con su Hyundai Genesis prototipo.
Una carrera de perros viejos que conserva todo el romanticismo con el apoyo técnico de la más moderna tecnología de los grandes grupos automovilísticos.
Me gustan las carreras que además de a gasolina, también huelen a cerveza, barbacoa y pachulí.
Y lo mejor, este año en directo el 30 de Abril en este enlace:
Carlos Ávalos es el joven autor de de 911, memorias de un futuro incierto. Una novela en la que un 911 GT3, sobre todo, y un Golf GTI, en menor medida, se convierten en personajes activos de un relato realista que mezcla drama, esperanza y optimismo a partes iguales.
No es una obra coral, pero no faltan protagonistas y cumple lo que espera el lector: entretenerse horas leyendo una historia trabajada y con un ritmo muy bien ponderado en la que, en ocasiones, al pasar las páginas se desprende olor a gasolina.
Os dejo tres links. El primero corresponde a la citada obra que puedes leer online (¡cultura libre!) y también están las instrucciones si quieres pedirle un ejemplar en papel. El segundo link es de su siguiente obra: Cuando las luces se apagan. Por último, el tercero es un blog en el que comparte sus bosquejos y relatos varios.
Todavía no verás los libros de Carlos en la sección “grandes autores” de tu librería habitual, pero su prosa evoluciona con cada obra mientras divierte y te atrapa entre letras escritas con restos de Ferodo.
PD: ¿Para cuándo una novela gráfica en b&n de 911, memorias de un futuro incierto? Lo está pidiendo a gritos, Carlos.
La naranja mecánica es una novela de 1962 de Anthony Burgess, llevada al cine en 1971 por Stanley Kubrick. Supone un análisis crítico de la sociedad y su evolución a formas cada vez más violentas y autoritarias.
EL LIBRO
Burgess era un notable estudioso de Joyce y, como él, gustaba de juegos de palabras y cacofonías, por lo que ideó una jerga para los personajes de esta obra (el "nadsat") con el fin de hacerla atemporal, según él. Lo cierto es que un error médico le auguró seis meses de vida, en los que decidió escribir una obra que permitiese a su familia vivir tras su inevitable fallecimiento. La obra tuvo éxito, su enfermedad no era tal y nunca logró siquiera acercarse de nuevo al éxito de esta vanguardista novela.
LA PELÍCULA
La versión cinematográfica está basada en la edición estadounidense del libro (a la que le falta el capítulo 21 por un malentendido con su editora) y supuso una alegoría al libre albedrío: la elección del individuo frente a la moral arbitraria impuesta. Muy explícita en sus muestras de sexo y violencia, acompaña su variable ritmo con versiones electrónicas de Beethoven creadas por el ingeniero musical Walter Carlos con un sintetizador creado por él mismo.
EL COCHE
En la película podemos ver esporádicamente algún vehículo (una Ariel Arrow, un camión Bedford TK, un Land Rover, un Escarabajo y una Ford Transit), pero hay uno que sí tiene relevancia en la trama pues sigue el ideario futurista, peligroso y agresivo de la obra (ver primera foto).
Se trata de un Adams Probe 16 de 1970 con motor del Austin 1800 Maxi de casi 100 CV.
Denominado en la película como Durango 95, sólo se fabricaron 3 unidades con su chasis de madera y carrocería de fibra de vidrio de sólo 87 cm. de altura. Fueron diseñados por los artífices de los deportivos Marcos.
Uno se incendió, el segundo reside en Canadá y el tercero (el empleado en la película) se encuentra en mal estado de conservación en su Gran Bretaña original (puedes verlo en Top Gear T5 Cap.02).
Así imaginaban a finales de los 60 cómo serían nuestros deportivos de hoy en día.
La verdad es que no eran unos visionarios precisamente, al menos en cuanto a automoción se refiere.
El Datsun Z240 es, sin ningún género de dudas, un deleite para la vista. Unas lineas fluidas y de puro coupé clásico de 2+2 plazas con largo vano motor y versiones deportivas con retrovisores adelantados al estilo japonés hacen de este, hoy, clásico un vehículo deseado en cualquier garaje privado.
Nació en 1969 y fue creciendo de cilindrada incorporando múltiples mejoras tanto mecánicas como de confort con los que serían el Z260 y Z280, llegando incluso a la versión Turbo.
En algunos mercados fue comercializado como Nissan Fairlady Z (la marca Datsun pertenece al grupo Nissan) y fue el pistoletazo de salida de una generación de deportivos que continuaría con modelos como el Nissan 300 ZX o el actual Nissan Z350.
En España se han visto muy pocas unidades y era más visto en nuestro vecino Portugal, dónde la marca gozaba de una implantación muy buena.
Es el nombre de una banda de corredores ilegales cuya fama se extendió por el mundo entero. Su origen japonés explica su inicio (en 1985) desarrollo y fin rodeado siempre de discreción y honorabilidad.
Operaban en la Wangan (autopista entre Tokio y Yokohama) y existían unas exigencias para poder pertenecer a él (poseer un vehículo que desarrollase una velocidad superior a los 250 km/h era una de ellas) así como una estricta jerarquía. Los hashiriya (corredores) ingresaban como aprendices y debían acudir ineludiblemente a todos los eventos del club durante su primer año. Si lograban superar ese estatus (sólo un 10% lo conseguía) podían lucir en su carrocería el adhesivo identificativo de pertenencia al club. Si alguien osaba adornar su coche con dicho distintivo sin autorización, lo destrozaban o incluso quemaban.
Llegaron a ser 30 miembros que quedaban a media noche y realizaban carreras en el mencionado recorrido. La policía nunca consiguió atrapar a ninguno de ellos (sólo algún aprendiz pero ningún miembro de pleno derecho) ni siquiera con vehículos adquiridos ad hoc (Nissan Skyline R32), ya que los Midnight Club conducían vehículos preparados (no de serie) con potencias entre los 400 y 700 CV y se aprovechaban del conocimiento preciso de las múltiples bifurcaciones en túneles. Combinando todo ello con los cambios de rutas y horarios así como en el uso de anuncios de contactos codificados en el periódico Asahi Shimbun en lugar de cualquier sistema rastreable hizo que permanecieran impunes.
Usaron los Nissan Z, Nissan Skyline GT-R y Porsche 911 Turbo principalmente. Algún Mazda RX-7 y Toyota Supra también hubo. Sólo sabían el nombre unos de otros. Prohibido revelar trabajo, apellidos o direcciones, aunque sí se sabe que uno de ellos estaba vinculado a negocios inmobiliarios y otro a un concesionario familiar.
Las carreras comenzaban con salida lanzada a 100 km/h cuando un tercer vehículo hacía sonar el claxon o bien en la curva pactada al final de una recta y solía acabar en un área de servicio pactada en la que se comentaba la batalla realizada, o bien cuando uno de los dos competidores perdía de vista al otro.
Sólo buscaban la máxima velocidad, lo que llamaban "máximum velocity anxiety" (ansiedad de velocidad) y no gustaban de derrapar u otras técnicas. Sólo buscar cada vez más y más velocidad.
Podían ser desafiados por otros equipos o corredores, con lo que escogían a un representante para defender el honor y batirse al mejor de tres carreras. Sólo perdieron en una ocasión con un tal Hiro con un Nissan modificado para batir records en los lagos salados de Bonneville en Estados Unidos. Fue el único miembro aceptado sin pasar un año de aprendizaje.
Unos "bosozoku" (pandilleros motoristas) los esperaron para retarlos y en una colisión murió uno de ellos y otros 6 resultaron heridos. Las reglas del club eran claras: si alguien moría se disolvería. Así de honorables y fieles fueron. Corría el año 1999.
Han surgido muchos imitadores pero todos han fracasado debido a las leyes y medios de control actuales.
